La scelta del bianco e nero di Cohen sembra voler mitigare gli smaglianti colori dell’isola di Haiti e l’innata allegria dei suoi abitanti per riportarci alle difficoltà del vivere quotidiano.
Vivre le Tap-Tap
“Su nombre se debe al sonido que se desprende al dar dos golpes en la chapa (tap-tap), necesarios para que pare el chofer pare el vehículo.
Tap-tap, Tap-tap, Tap-tap,….traqueteo cadencioso de motor, de personas que se bambolean al ritmo que imponen las calles y los vehículos-camioneta que los lleva a sus trabajos, a sus casas, a todas partes,… y que en cierta forma impregnan sus vidas…
Cabezas que se mecen al compás de una melodía única e irrepetible, original cada vez, que sólo se comprende cuando se vive como una mezcla de sonidos, olores, movimientos y colores.
Formas vistosas, radiantes, exultantes, …. que emanan de las fantásticas expresiones plásticas de sus exteriores; artísticas, desafiantes, alegóricas, muchas veces fantasmagóricas. Muchas veces retratan personajes célebres del mundo del deporte, de la música, el cine y otros tipos de arte escénica, incluso a menudo expresiones pseudoreligiosas.
La calle llena de gente, trabajando, vendiendo, con los animales, en un tránsito caótico, hablando fuerte todo el rato, haciendo ruido, captando tu atención.
Subir a un tap-tap es dejarte llevar a través de los barrios de Puerto Príncipe, por las maltrechas carreteras del país, sin prejuicios, sin limitaciones, sin miedos. Es aprender kreól, apreciar que el tiempo tiene un sentido relativo, dejar de sentirte blanco y extranjero, comer, conversar, dormir y vivir con la gente.
Fui a Haití a colaborar con la ONG Association for the Integrated Development of the North of Haiti (AIDNOH Inc.). Cuando me bajé del tap-tap, me dí cuenta que había aprendido más de lo que había aportado.”
All images © Jordi Cohen
Fonte
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